SACERDOTES EN SILENCIO

PARA ESCUCHAR MEJOR A DIOS

Por: P. Luis María

¡Señor, gracias por estos días en este lugar paradisiaco!, desde este valle en Jarabacoa contemplamos mejor el verde de la montaña; hoy podemos decirte como Pedro en el Tabor: ¡Qué bien se está aquí!, de la Misa a la mesa; de la REFLEXION a la contemplación; de la oración a saborear el misterio de tu amor. Hemos subido al monte para bajar a las

profundidades de nuestra vocación; para hacernos más conscientes de que estamos convocados a la santidad, y que quien santifica es el Espíritu Santo, pero ¡Ah ja! En medio del trigo y la cizaña, Dios no quiere arrancar el mal y a los malos de un golpe, su paciencia espera hasta el día de la cosecha, a diferencia de aquellos trabajadores que quieren arrancar la cizaña inmediatamente y de manera violenta.
De ahí que necesitamos la sabiduría divina; el seguidor de Cristo, es la persona de la sabiduría; la sabiduría divina es exaltada en los libros sapienciales:
--Imagen de Dios invisible (Col 1,15; Sab. 7,26)
--Primogénito de toda creatura (Cf. Prov. 8,22; Ecclo. 1,14)
--Todo tiene en El su consistencia (Col. 1,17)
"La sabiduría del hombre cristiano consiste en la apertura y fidelidad obediencial al Misterio de Cristo" (cf. 1 Cr 3,18 ; Lc 10,21).
Movidos por esta sabiduría divina estamos llamados a ser personas de humildad. La humildad bíblica es en primer lugar, la modestia que se opone a la vanidad. El humilde reconoce que ha recibido de Dios todo lo que tiene (1 Cr 4,7); reconoce que es un siervo inútil (Lc 17,10); a esta persona que se abre a la gracia Dios la glorifica, Dios habita con aquel que es humilde de corazón (Is 57,15).
Luego meditamos el tema: El Cristiano, testigo de la cruz de Cristo. "El antiguo pueblo de Dios peregrino por el desierto cuarenta años, antes de entrar en la tierra prometida. El nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, a ejemplo de Cristo, permanece cuarenta días en el desierto de la Cuaresma, antes de llegar a la luz y la alegría Pascual. Y en la frontera entre Cuaresma y Pascua  aparece un signo: la Cruz y el Crucificado. Cristo realizó la redención de la humanidad por el mismo camino de la cruz. Sólo por la cruz, el dolor y el sacrificio se llega a la luz y al éxito."
Otro tema fue: Espiritualidad del Apostolado de la Divina Misericordia. Aquí se establece un paralelismo entre el ejercicio del Vía Crucis y la Práctica a la Consagración al Sacratísimo Corazón de Jesús. Según Santa Faustina Kowalska, las promesas para los devotos del Vía Crucis son:

Yo concederé todo cuanto se me pidiese con fe, durante el Vía Crucis.

 Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Vía Crucis.

Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el Vía Crucis con frecuencia y mis manos estarán siempre abiertas para protegerlas.

Para estos devotos mi alma será escudo de protección que siempre le presentará el auxilio cuando recurran a Mi.

La consagración al Sagrado Corazón presenta Doce Promesas, a continuación algunas: les concederé las gracias necesarias, le daré paz a su familia, le consolaré en todas sus aflicciones, derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas, daré a los Sacerdotes la gracia de mover los corazones más empedernidos...
Finalmente, reflexionamos sobre la espiritualidad del misionero a partir del texto de Jn 15,1-17. Del mismo se desprenden varios elementos propios del misionero:
1. El Padre es el Viñador
2. Jesucristo es la Vid
3. No me han elegido ustedes a Mi...
4. A ustedes los he llamado amigos
5. El misionero es discípulo de Cristo que guarda sus mandamientos
6. El discípulo es capaz de vivir el amor fraterno
7. El misionero es aquel que es capaz de dar la vida
8. El misionero cuenta con el poder amoroso del Padre
9. El misionero está lleno de la alegría que da Jesús

Cuarenta y siete Sacerdotes y tres Obispos, Mons. Héctor Rafael Rodríguez, Mons. Rafael Felipe Bello (Obispo Emérito) y Mons. Jesús María de Jesús Moya (Obispo Emérito) se congregaron en Jarabacoa para vivir una de las cinco tandas de retiro para Sacerdotes que se realizan cada año en la República Dominicana, organizadas por la Comisión Nacional del Clero.
Esta vez el predicador elegido ha sido para esta tanda, el sabio y dinámico Mons. Moya, quien bajo la acción del Espíritu Santo condujo magistralmente el retiro realizado del 25-30 de Octubre 2015, en el cual hemos presentado un breve resumen de las ideas expuestas.

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(Jn. 6, 68)

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